¿Por qué es más seguro viajar a contramarcha?

Diferentes estudios basados en accidentes reales muestran que el riesgo de muerte o lesión en una colisión aumenta alrededor de 5 veces cuando los niños viajan a favor de la marcha. La forma más segura de viajar es a contramarcha pero, ¿sabes por qué? En Axkid te explicamos qué ocurre en un impacto y por qué es tan importante la orientación de la silla de coche de tu hijo.

 ¿Qué ocurre en un impacto?

Cuando un vehículo sufre un impacto, ya sea frontal, lateral o trasero, o incluso cuando se ve obligado a realizar un frenazo brusco e imprevisto, se produce una fuerte deceleración que hace que todo lo que no esté sujeto dentro del vehículo salga propulsado. En el caso de los pasajeros que lleven un sistema de retención que los mantenga en su asiento, no saldrán despedidos pero sí se verán sometidos a una fuerte tracción debido a las fuerzas de inercia.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que los adultos viajamos con un cinturón de seguridad que permite que esa tracción producida por la deceleración se reparta mejor a lo largo de toda la columna. Aun así, el cuello suele ser la zona que más acusa la fuerza del impacto y es muy frecuente sufrir un latigazo cervical, incluso en accidentes relativamente leves a baja velocidad.

Los menores de cuatro años que viajan a favor de la marcha, sin embargo, lo hacen con un arnés. Un sistema de retención cuya función principal es sujetar fuertemente el torso y mantenerlo pegado al asiento, de modo que sólo la cabeza sale propulsada hacia delante en el impacto y toda la tracción se concentra en la zona cervical.

Por otro lado, los niños pequeños tienen diferencias anatómicas respecto a los adultos que influyen significativamente en su capacidad para resistir la tracción a la que nos vemos sometidos en un impacto y que cambian totalmente las lesiones a las que nos exponemos unos y otros.

La cabeza de un niño de dos años puede llegar a alcanzar un 25% del peso total de su cuerpo, frente al 6% que suele pesar aproximadamente la del adulto. Esto la convierte en un proyectil muy pesado en caso de accidente, que tira del cuello con una enorme fuerza: el cuello de un niño cuya cabeza pese 2 kg recibe una fuerza de tracción equivalente a 60 kg.

 

 

Su columna vertebral, además, no está aún osificada del todo, su cuello es mucho más corto que el del adulto y sus músculos cervicales aún no tienen ni la fuerza ni la velocidad de reacción suficiente para proteger la médula espinal ante una tracción intensa.

Una deceleración que ocasione un latigazo cervical a un adulto, puede exponer a un menor de cuatro años con arnés a favor de la marcha a lesiones extremadamente graves (como la llamada “decapitación interna”, en la que cabeza y columna se separan por una luxación completa de la primera vértebra cervical), que pueden provocar daños medulares irreversibles, daños neurológicos severos e incluso, en muchos casos, su fallecimiento.

¿En qué influye la orientación de la silla del coche?

Cuando el niño viaja a favor de la marcha la física actúa en su contra. El cuerpo del niño queda expuesto a la tracción y absorbe la energía del impacto ya que la función principal de una silla a favor de la marcha es retener al niño en ella e impedir que salga despedido. El arnés mantiene el torso sujeto al respaldo pero la cabeza sale propulsada hacia delante generando una tracción intensa sobre el cuello, por lo que el niño se mantiene en la silla pero expuesto a lesiones muy graves.

Si el niño viaja a contramarcha la física actúa a su favor ya que la función principal de una silla a contramarcha es proteger al niño absorbiendo la energía del impacto en su propia estructura. La inercia empuja el torso contra el respaldo repartiendo la fuerza del impacto por toda la superficie en contacto con la silla, lo que evita toda tracción sobre cabeza y cuello eliminando con ello el riesgo de sufrir lesiones medulares o neurológicas.

La única forma de proteger al niño de las consecuencias de la tracción sobre el cuello que generan las fuerzas de inercia en un accidente es evitar que esa tracción se produzca, algo que sólo es posible conseguir colocando al niño a contramarcha.