El marido y el hijo de Gwendoline se dirigían a casa después de estar en la piscina cuando se produjo el accidente. Al acercarse a una rotonda en la que no había tráfico, y entonces, su marido fue a poner música en el coche. Rápidamente, oyó el claxon de un autobús, pero era demasiado tarde para frenar. La colisión hizo que el autobús impactara contra su rueda delantera y arrancara la parte frontal del coche. El autobús tenía prioridad, pero el marido de Gwendoline no lo vio por estar distraído con la radio. Afortunadamente, no hubo colisión a alta velocidad, ya que el autobús circulaba a unos 50 km/ h, y el coche a unos 20 km/h.
“Mi marido salió con dolor de espalda y de hombros, y después quedó en estado de shock. Es aterrador ver cómo un autobús se te echa encima. Nuestro hijo no sintió nada, pero tiene un vago recuerdo del fuerte claxon. Sólo estaba triste por el coche, y no sintió dolor físico ni mental después, gracias a su silla de auto a contramarcha”.
El hijo de Gwendoline se sometió a una sesión con el osteópata, que no detectó nada de lo que experimentó su marido como traumatismo. Su hijo (20 kg y 110 cm) suele viajar en el Axkid Minikid, pero esta vez iba en el Axkid One de su hermana, porque la familia había prestado su Minikid a unos amigos. Gwendoline nos cuenta:
“Nuestro hijo claramente no sintió nada del choque, por suerte salió sin daños físicos. No fue hasta que salió del coche cuando se dio cuenta de lo que había pasado, después de ver los daños causados”. Pero no sólo me preocupan los posibles daños físicos, sino también los psicológicos. Como madre, es un alivio que mi hijo no vio cuando el autobús chocó contra su coche y así evitar un trauma psicológico como efecto del choque”.
La mayoría de los accidentes ocurren en trayectos cortos y cotidianos, y como dice Gwendoline, los accidentes no sólo les ocurren a los demás. Señala el hecho de que una silla de auto orientada hacia atrás es un sistema de seguridad hasta 5 veces más seguro que la orientada hacia delante.
Gwendoline ha escuchado en muchas ocasiones que una silla de auto es cara, pero como ella misma dice:
“Al fin y al cabo, la seguridad de nuestros hijos no tiene precio”.
Agradecemos a Gwendoline su testimonio y nos sentimos aliviados de que todos estén en buen estado. Gracias por confiarnos la seguridad de sus hijos.