Nacho y Silvia sufrieron un grave accidente por impacto lateral cuando viajaban con sus hijos Martín, de 6 meses y Samuel, de 4 años. Ambos menores iban sentados en sillas a contramarcha y ambos salieron ilesos. Samuel, viajaba en una Axkid Minikid e iba sentado en el lado que recibió el impacto. Hoy Nacho ha querido compartir su historia con nosotros.
Era un 28 de octubre y volvíamos del castillo de Loarre de pasar una mañana perfecta, yo conducía y detrás iban mi mujer en medio de las dos sillas, Samuel de 4 años en un lado y Martín de 6 meses al otro lado. Era la hora de comer, así que estábamos decidiendo si comíamos en Huesca o seguíamos hasta casa.
Al final decidimos que si Samuel se dormía continuariamos el camino, o si al pasar por Huesca seguía despierto parariamos a comer.
Como Samuel dormía profundamente seguimos conduciendo y al pasar por Zuera cuando ya solo quedaban 20′ para llegar a casa, salimos de la autovía porque Martín necesitaba tomar el pecho. Así que salimos y paramos al borde de otra carretera entre dos casas, cerca del cruce en el que tuvimos el accidente. El bebé comió y salí un momento del coche para mecerlo un poco y luego continuar la marcha.
En el vaivén pasé dos veces a pie con mi hijo por delante del cruce. Pensé; que lio de cruce! Dos “stops”, dos “ceda el paso”, unos que bajan de la autovía, otros que vienen de una nacional y otros que salen de las casas. Pero no le presté la atención suficiente…
Al volver al coche e incorporarnos de nuevo a la circulación, sentí un estallido y el coche empezó a dar vueltas. Grité el nombre de mi mujer. Cuando el coche paró, miré hacia atrás y vi a mi mujer inconsciente y escuché a los niños llorando a pleno pulmón. Algo que no quiero recordar ni vivir de nuevo nunca jamás.
Bajé deprisa del coche y vi que el otro ocupante del coche contrario bajaba con el móvil en la mano. Le grité que llamara a emergencias inmediatamente.
Silvia se llevó la peor parte. En ese momento por lo aparatoso del accidente y el shock en el que estaba me imaginé lo peor, finalmente pudo salvar su vida. Los niños lloraban pero estaban bien, afortunadamente, así que enseguida me centré en ayudar a mi esposa a recuperar el conocimiento y en sacar a los niños del coche, con la ayuda de mucha gente que enseguida vino a auxiliarnos. Nos abrieron sus casas y sus corazones y nos brindaron mucho apoyo durante la espera de los servicios de emergencias.
Cuando llegaron las ambulancias y la guardia civil recuerdo algo que me comentaron tanto los agentes como los sanitarios; “Que suerte tienen estos niños de viajar en estas sillas. Que bien habéis hecho en gastaros el dinero en seguridad para vuestros hijos, y que buenas son.” Y otra frase que se me quedó grabada fue lo que me dijo el guardia civil; “He visto muchos accidentes y sé cómo salen los menores de unos coches y como salen de otros, y vosotros habéis hecho muy bien en llevarlos en buenas sillas y además, a contramarcha.“ “Todo es gracias a su madre”, le dije yo.
Silvia ya había recuperado el conocimiento y pudo ver un rato a los niños y ellos a ella.
Samuel desde que salió del coche había enmudecido. Es un chico muy observador, muy sensible y todo lo ha tenido que liberar de su cabeza poco a poco.
Martín era muy pequeño para entender lo que había sucedido, nunca se había separado del regazo de su madre y fue muy duro el destete forzoso que vivió, para los dos ha sido muy traumático.
Los dos siempre se dormían con mamá, y nunca habían estado sin ella más que el tiempo del cole en el caso del mayor, fueron días muy difíciles para todos.
Por suerte los dos están sanos y salvos, y ahora ya están recuperando esos días que estuvieron separados de su mamá.
Ahora, después de un tiempo en la UCI y otro hospitalizada, Silvia se recupera poco a poco en casa de una rotura hepática, un hematoma en el riñón y una costilla rota que produjo esas lesiones internas a raíz del impacto. Yo poco a poco intento recuperar la normalidad emocional y física.
El impacto fue en la puerta que se sienta Samuel en la silla Axkid, salió por su propio pie con la ayuda de un vecino que arrancó la puerta. A los niños no les pasó nada y ahora que estoy plasmando mi experiencia en estas líneas, me pregunto ¿que les podría haber pasado si Silvia no se hubiera empeñado en comprar unas sillas a contramarcha?
Afortunadamente mi mujer le dedicó mucho tiempo a la toma de decisión de comprar estas sillas, hizo muchas consultas en foros, páginas web especializadas, grupos a contramarcha y algunas tiendas. Por cierto, no fuimos a ningún gran almacén, solo a tiendas especializadas. Gracias Silvia.
Me gustaría decirles a los padres que todavía no se han concienciado sobre la necesidad de que sus hijos viajen a contramarcha que hagan lo que hizo Silvia, que se informen, que consulten, que si le dedicamos tiempo a elegir unos calcetines, el colegio o donde vamos de vacaciones este verano, ¿como no le vamos a dedicar tiempo a saber en qué condiciones van a ir a hacer todas esas cosas en nuestro coche?
Solo sé deciros que en el mensaje que envié a familia, amigos y seres queridos contando lo sucedido y como estábamos mi mensaje terminaba diciendo:
“…Y por favor, que todos los menores viajen a contramarcha.”
Pensando en el futuro, de aquí a un tiempo pensaremos ¿cómo podían viajar a favor de la marcha?, tanto como ahora pensamos, ¿cómo podían fumar dentro del coche con niños? ¿Como podíamos viajar sin casco o sin cinturón? En su momento nos parecían avances molestos y hoy en día ni nos planteamos viajar de otra forma.