¿Por qué es peligroso sentar al niño en la silla de coche con el abrigo puesto?

En invierno, muchos padres colocan a sus hijos en la silla del coche sin quitarles el abrigo por miedo a que se acatarren a causa del frío en el vehículo, buscando su confort o simplemente para ahorrar tiempo. Sin embargo, esto puede ser muy peligroso en caso de accidente o frenazo brusco ya que las prendas de abrigo impiden un ajuste correcto del arnés, incluso aunque no nos lo parezca. Te explicamos cómo comprobarlo y cómo abrigar a tu hijo en la silla sin comprometer su seguridad.

Las prendas de abrigo generalmente son mullidas o acolchadas y ocupan un gran volumen. Esto hace que, al sentar al niño y apretar el arnés, nos pueda parecer que el niño está bien ajustado cuando no es así. Algunos vídeos muy populares en la red muestran la enorme diferencia que hay en el ajuste del arnés en un mismo niño con y sin abrigo.

Para mantener la seguridad en nuestra silla de coche es imprescindible que el arnés quede lo más pegado posible al cuerpo del niño para que, en caso de accidente, se mantenga protegido y sujeto al asiento. Para esto se recomienda que no quepan más de dos dedos entre el arnés y el cuerpo del niño.

Sin embargo, cuando dejamos el abrigo puesto realizamos el ajuste del arnés en base al volumen aumentado del niño con el abrigo, no al volumen real de su cuerpo. Esto provoca que quede una barrera virtual entre el niño y el arnés, una cámara de aire que en el momento del impacto se desinfla drásticamente y deja al pequeño mucho más suelto de lo que creíamos que estaba. El arnés deja de cumplir adecuadamente su función de retención y deja holguras con las que no contamos y que pueden resultar muy peligrosas.

A todo lo anterior debemos añadirle que muchas de las prendas de abrigo que utilizamos habitualmente con nuestros hijos son impermeables o resbaladizas, lo que aumenta aún más el riesgo de que el pequeño se escurra fuera del arnés que debe mantenerlo sujeto a la silla.

Esto se ha podido comprobar en pruebas de simulación de impacto que han mostrado cómo dummies que parecían estar correctamente sujetos a la silla salían literalmente despedidos del vehículo en impactos a tan solo 50 km/h cuando llevaban el abrigo puesto.

Cómo comprobar si una prenda interfiere en el ajuste

Para asegurarte de sentar a tu hijo en el coche con seguridad, puedes comprobar de forma sencilla la barrera virtual que crean entre su cuerpo y el arnés las prendas de abrigo que lleva de la siguiente forma:

  1. Coloca al niño en la silla sin retirar la prenda de abrigo.
  2. Ajusta el arnés.
  3. Sin aflojar el arnés, desabróchalo de nuevo.
  4. Saca al niño de la silla y retira la prenda de abrigo.
  5. Coloca al niño de nuevo en la silla.
  6. Abrocha el arnés otra vez sin variar el ajuste
  7. Comprueba la holgura real que produce la prenda entre su cuerpo y el arnés.

Si el contraste es notable o si puedes pasar dos o más dedos entre el arnés y la clavícula del niño, no le pongas esa prenda de abrigo. La holgura sería excesiva y comprometería la seguridad.

Si la prenda de abrigo es impermeable o de tejido resbaladizo, retírala siempre, al margen de su volumen.

Alternativas seguras cuando hace frío en el coche

Aunque conozcamos la importancia vital de ajustar correctamente el arnés, llevar al niño sin abrigo en un coche helado puede ser un problema, especialmente cuando madrugamos mucho o viajamos de noche, atravesamos olas de frío o vivimos en zonas con temperaturas especialmente bajas.

Sin embargo, puedes poner en práctica algunas soluciones alternativas que protegerán a tu hijo del frío sin comprometer su seguridad:

  1. Poner la calefacción unos minutos antes de sentar al niño en la silla para templar el coche antes de iniciar el viaje. Podemos subir al coche con el abrigo puesto y esperar hasta que la temperatura se suavice para quitárselo, sentarlo en la silla y ajustarlo correctamente.
  2. Bajar con nosotros una mantita suave y cálida con la que podamos taparlo una vez esté sentado y ajustado en la silla.
  3. Taparlo con el propio abrigo o incluso ponérselo del revés, metiendo los brazos en las mangas para abrigarlo mejor una vez esté sentado y ajustado en la silla.

Recuerda que, si cubres al niño con mantas o abrigos de cualquier tipo, estos deberán ir siempre por encima de los arneses una vez estén ajustados, nunca por debajo.