De acuerdo a la ley, todos los menores deben viajar en un sistema de retención infantil homologado y adaptado a su edad, peso y altura desde que nacen hasta que alcanzan los 135 cm. Sin embargo, aunque compremos una silla de coche adecuada para nuestro hijo, muchas veces nos surge la duda de dónde será mejor instalarla. ¿Ofrecen la misma protección todos los asientos? ¿Qué asiento garantiza mayor seguridad y por qué? Te lo contamos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, por ley, desde 2015 los menores de edad con estatura inferior a 135 cm deben viajar en su sistema de retención infantil siempre en los asientos traseros. Solamente existen tres excepciones:
- Que el vehículo no disponga de asientos traseros, como es el caso de los coches biplaza.
- Que todos los asientos traseros estén ocupados por otros sistemas de retención infantil ocupados por pasajeros menores de edad.
- Que no se pueda llevar sistemas de retención infantil en los asientos traseros, por ejemplo, porque el coche no tenga ni isofix ni cinturón de tres puntos en ellos para poder realizar su instalación.
En estos tres casos específicos podríamos instalar un sistema de retención infantil en el asiento del copiloto, aunque deberíamos desactivar el airbag frontal previamente si la silla se instala en sentido contrario a la marcha. Si nuestro vehículo no lo permite, no sería recomendable instalar la silla de coche pues podría ocasionar daños al niño en caso de desplegarse en un impacto.
No obstante, aunque alguna de estas excepciones nos lo permita y muchos padres se sientan emocionalmente más tranquilos al tener al niño a su lado y poder verle directamente, el asiento delantero del copiloto es considerado el menos seguro del vehículo al ser el más expuesto al llamado “volantazo involuntario del conductor”, que giraría el volante instintivamente hacia la izquierda en caso de choque frontal.
Además de esto, estadísticamente las lesiones son menores en los asientos traseros que en los delanteros por lo que, claramente, lo más seguro es instalar la sillita de coche en la parte trasera del vehículo. Sin embargo, ¿cuál de los asientos traseros es la mejor opción?
El asiento trasero central, el más seguro
Tanto los expertos como las estadísticas coinciden en que el asiento trasero central es la opción más segura para instalar un sistema de retención infantil. Al ser la posición más alejada de las puertas ofrece la mayor garantía de protección tanto en impacto frontal como lateral o trasero. Además, al quedar el niño situado en la zona más central del vehículo se reducirían también las fuerzas a las que se vería sometido si el coche vuelca o da vueltas de campana.
Por lo tanto, siempre que se pueda lo mejor es instalar la sillita en el asiento trasero central. Sin embargo, no siempre es posible, bien porque ya haya otra silla de coche en esa posición o porque nos encontremos algún problema a la hora de la instalación. Por ejemplo, si nuestra silla lleva isofix y nuestro vehículo no dispone de estos anclajes en el asiento central, si la elevación del suelo en nuestro modelo de coche impide la correcta instalación de la pata de apoyo o si el asiento central lleva cinturón ventral en lugar de cinturón de tres puntos.
En este caso, la segunda mejor opción es el asiento trasero derecho, detrás del copiloto. El asiento derecho ofrece menor exposición al riesgo en vías de doble sentido y mayor seguridad también a la hora de subir, bajar y colocar al niño en la silla ya que en este tipo de vía estaríamos alejados del tráfico, en el lado de la acera. Además, esta posición nos proporciona una buena visibilidad del niño, al contrario que el asiento trasero izquierdo, en el que no tendríamos un ángulo visual adecuado para ello.
Por todo lo anterior, el asiento trasero izquierdo es la opción menos recomendable. Sólo deberíamos instalar en él un sistema de retención infantil si es imprescindible porque ya tenemos ocupados el resto de asientos por otros menores.
Y, por supuesto, aunque busquemos la mejor posición en la que instalar nuestra silla de coche, no debemos olvidar otros factores determinantes para proteger a nuestro hijo ante un posible accidente, como llevarlo a contramarcha el máximo tiempo posible y ajustarlo correctamente en la silla para garantizar la máxima seguridad.