¿Qué diferencia hay entre un asiento elevador y una silla con respaldo?

A partir de los 15 kg de peso, los niños pueden viajar en un grupo 2-3 pero ¿debemos tener prisa por cambiarlos? Existen, además, dos alternativas en el mercado: la silla con respaldo y el elevador sin respaldo. ¿Cuál de estos dos sistemas ofrece mayor seguridad? ¿Hay algún supuesto en el que debamos priorizar uno frente al otro? En Axkid te damos las claves para que sepas qué sistema de retención infantil elegir en esta etapa y por qué.

¿Cuándo debería cambiar a mi hijo a un grupo 2-3?

Aunque los sistemas de retención infantil de grupo 2-3 pueden utilizarse desde que el niño alcanza los 15 kg, no hay ninguna prisa por cambiarlos de grupo si la silla que el niño utiliza actualmente es apropiada para su peso, altura y edad.

Además de esto, 15 kg de peso equivalen aproximadamente a tres años y medio, una edad en la que es mucho más seguro viajar a contramarcha. Teniendo en cuenta que existen sistemas de retención a contramarcha hasta 18 y 25 kg  de peso, lo más aconsejable es mantener al niño en ellos hasta que los agote por peso o altura y, entonces, cambiar a un grupo 2-3.

¿Mejor con o sin respaldo?

Una vez damos el paso y buscamos un grupo 2-3 nos surge una pregunta clave: ¿cojín elevador sin respaldo o una silla con respaldo?

Los sistemas de retención de grupo 2-3 se utilizan porque, aunque se considera que el cuerpo del niño ya está preparado en esa etapa para la retención de un cinturón de seguridad de tres puntos, su altura no es suficiente y la banda diagonal cruzaría a la altura de su cara o su cuello, algo sumamente peligroso.

Sin embargo, aunque elevar al niño es necesario, no es el único factor a tener en cuenta ya que la función principal de un sistema de retención es minimizar los daños en caso de accidente. En este aspecto, una silla con respaldo ofrece una protección mucho mayor.

En una silla con respaldo la sujeción es más completa ya que no sólo sujeta la cadera sino también la espalda, los hombros y la cabeza, evitando que el niño se resbale o escurra por debajo del cinturón de seguridad. La sujeción de la propia silla también es mejor, permaneciendo más inmóvil en el vehículo en caso de accidente.

Respecto al guiado del cinturón de seguridad, al pasar a través del cabezal, a medida que el niño crece y subimos el cabezal se ajusta automáticamente el ángulo de bajada de la banda diagonal, garantizando que pase a la altura de la clavícula y nunca quede cerca del cuello.

En caso de impacto lateral, el respaldo protege cabeza y hombros, evitando no sólo que el niño se golpee directamente contra la ventanilla o el interior del vehículo sino también protegiéndolo del impacto de algunos dispositivos de seguridad como los airbags de cortina, que pueden ocasionar daños a los niños menores de 125 cm debido a la altura a la que están integrados en el vehículo.

Por ello, aunque el cojín elevador pueda resultar más práctico a la hora de cambiar de vehículo, ocupar menos o ser más económico, lo más recomendable es utilizar una silla con respaldo todo el tiempo que sea posible.

En el caso de que el niño sea demasiado grande para una silla pero aún no alcance la altura suficiente para poder viajar sin ningún sistema de retención infantil sí podemos valorar el uso de un cojín elevador como grupo 3 para la última etapa, que le eleve a la altura necesaria para que el cinturón de seguridad ajuste adecuadamente y cumpla su función de retención.

Si hacemos esto, es muy importante que comprobemos que la banda diagonal del cinturón pase a la altura de la clavícula sin tocar el cuello y la banda ventral pase por encima de la pelvis y no sobre la tripa del niño. Así como también que la parte superior de la cabeza y el reposacabezas queden a la misma altura y que el niño pueda sentarse cómodamente con las piernas dobladas de forma que no se escurra hacia delante volviendo su posición mucho más insegura.

¿Hasta cuándo debería utilizar sistema de retención infantil?

Aunque por ley es obligatorio usar un sistema de retención infantil hasta 135 cm, lo más recomendable es esperar hasta alcanzar 150 cm para garantizar que la banda diagonal del cinturón de seguridad del asiento (diseñado para un adulto con esta talla mínima) cruce siempre sobre la zona correcta sin afectar al cuello de ninguna forma.

Así que si el niño aún puede utilizar por peso un sistema de retención de grupo 3 (hasta 36 kg) lo mejor es que no tengamos prisa por abandonarlo.